ME LLAMO CRISTINA Y SOY PODALICA
Como si se tratara de una reunión de Alcohólicos Anónimos, así me
presenté hace unas semanas al grupo de matronas de Pachamama que
atiende partos en casa y con quienes teníamos pensado parir. Intentaba
darle un toque de humor a una noticia que había recibido hacía unos
días.
En realidad, ese fue el adjetivo que utilizó el ginecólogo del
ambulatorio al hacerme una eco y constatar que Martí venía de nalgas:
"Ale! Ya tenemos una podálica. La primera del día, seguro que hay otra
hoy. Nunca vienen solas."
Al menos tuvo la delicadeza de no nombrar la palabra maldita (cesárea) y
desearme suerte y que esperaba que se diera la vuelta. Tampoco supo
aportar mucho más...
Las matronas de Pachamama
recibieron la noticia con sorpresa, pero en seguida pusieron sus
cabezas pensantes en marcha. Que si moxibustión por aquí, que si manteo
por allá, que si yoga, que si escúchate, que si date tiempo, que si en
Manises atienden partos de nalgas, ... y, sobre todo, sobre todo, me
dieron mucho cariño, comprensión y ánimos.
A partir de ese día empezamos a "hacer los deberes" y seguir todos sus
consejos. Al día siguiente fuimos a trasladar mi historial al hospital
de Manises y tuvimos la suerte de que nos atendiera ese mismo día, en el
taller obstétrico, el Doctor José Enrique Martín. Él me dijo que me
atendería de nalgas. Nos estuvo informando con mucha humanidad,
normalidad y profesionalidad. Además nos dijo que él tambié atiende
partos en la Clínica Quirón, donde están intentando cambiar las
cosas para ofrecer un parto más natural y respetado a las madres que así
lo deseen. Incluso si tuviera que ser una cesárea, allí podía ofrecerme
garantías de que sería lo más respetuosa posible.
Total que al día siguiente nos fuimos a Adeslas a hacerme beneficiaria
del seguro de Sergi, mi marido, y tener así cubierta la posibilidad de
parir en la Quirón. El objetivo era, a no ser que Martí se diera la
vuelta, parir allá donde estuviese el Doctor Martín (Manises o Quirón).
Mientras tanto, yo iba haciendo la moxibustión, las posturas de yoga, haptonomía (siguiendo los consejos de Julie), relajación del útero,
etc. Y me dió por pararme a escuchar mi cuerpo y lo que realmente
sentía. Y comprendí que necesitaba estar en casa. Por razones de
trabajo, estábamos viviendo desde septiembre fuera de casa, en otra
ciudad y, aunque yo pensaba que lo estaba llevando bien, no era así. Me
dí cuenta de que necesitaba estar en mi casa, con el apoyo y la ayuda de
mi familia, así que Sergi me sugirió que volviéramos a casa Aitana y
yo, mientras él se quedaba fuera entre semana. Qué penita dejarle sólo!!
Y qué duro es para él no ver a Aitana!! Nunca se ha separado de ella
más de una noche... Pero era necesario. Martí me había dado un toque de
atención. Mamá iba de culo últimamente, y así iba él. Por un momento,
pensé que estaba reclamando nuestra atención, porque, realmente, el
pobrecito había sido el último mono.
De vuelta en casa, y con mis padres cerca, empecé a tener más tiempo
para mí y para Martí. Entendí que tenía un miedo y una barrera no
superada desde el parto de Aitana y decidí acudir a una fisioterapeuta
especializada en suelo pélvico. Tengo una episiotomía del parto de
Aitana, que fue tratada en su momento con buenos resultados. Pero, desde
que me quedé embarazada de Martí he tenido un miedo terrible a que esa
parte de mi cuerpo, que sentía que ya no es lo que era debido a la
cicatriz, no respondiera bien a la hora del parto. No sé, me imaginaba
que la episiotomía no me permitiría dilatar lo suficiente, que el dolor
añadido sería insoportable,... Gracias a la fisio, esos miedos empezaron
a desaparecer.
Realmente no eran infundados. Los tejidos de ese lado del periné donde
me hicieron la episiotomía, realmente mostraban mayor resistencia,
estaban como contracturados debido a mi miedo y al peso propio del
embarazo que estaban soportando. A base de masajes he conseguido volver a
confiar en mi cuerpo y, en cierta manera, aceptar e integar esa parte
que sentía como si no fuera mía, como cuando a alguien le hacen un
transplante y rechaza el órgano.
Paralelamente, me puse a trabajar el plano psicológico. Teresa Huelga, de Pachamama, me habló de unas sesiones de Watsu
(Shiatsu en el agua) que se hacían este pasado domingo y decidí probar.
Fue un verdadero regalo. A nivel físico, noté un gran alivio en la zona
lumbar y en las caderas debido al masaje; me sentía realmente ligera.
Pero lo mejor fué a nivel emocional. Victor, el chico que me dió el
masaje y me acompañó en esta experiencia, me aconsejó que aprovechara el
hecho de estar en un medio líquido, al mismo nivel que Martí, para
conectar con él y fué maravilloso. Me imaginé cogiendo a mi hijo en
brazos y meciéndonos en el agua los dos juntos. Le confesé que tenía
miedo. Me pareció que él también lo tenía y le dije que yo no le iba a
soltar la mano, que íbamos a hacer el viaje de su nacimiento juntos,
fuese el que fuese, y que la mamá siempre estaría con él. Imaginé el
momento de acogerlo en mis brazos y lloré de alegría. Fué realmente una
experiencia única. Victor me aconsejó que me quedara con esas vivencias y
sentimientos que había tenido durante la sesión y los he estado
reviviendo todos estos días.
Hace unos días volví a la fisio y acabé de disipar mis miedos. Los
masajes que me había estado haciendo Sergi durante el fin de semana
habían hecho su función. Esta vez, la sesión de masaje de la fisio no me
había hecho tanto daño, yo misma notaba la zona más relajada. Pensé que
era posible y que podía. Por primera vez, sentí que podía. Tenía todo
unmes por delante para seguir con los masajes e ir preparando la zona.
Fuí a ver a un osteópata que me había recomendado Julie
(creo que algunas de vosotras la conocéis por sus sesiones de haptonomía
y acompañamiento a las parejas embarazadas). Este osteópata realiza un abordaje tisular,
teniendo en cuenta los tejidos. De nuevo, me confirmó que había una
resistencia en mis tejidos en la zona de la episiotomía, pero que mi
cuerpo respondía bien a ello y que no veía mayor problema.
Mis barreras psicológicas seguían cayendo gracias a comentarios como ese y seguía sintiéndome cada vez más capaz y segura.
Hemos ido a ver a Teresa Huelga (Pachamama). Hemos estado hablando
durante casi una hora. Hemos decidido darnos un plazo de una semana para
ver si la versión cefálica externa que iba a hacerme la semana que
viene funcionaba y, si no, pues debíamos aceptar que el parto en casa no
podía ser y prepararnos para las otras opciones. Después de tanto
charlar, Teresa me ha dicho "Va, vamos a ver cómo está Martí". Yo le he
dicho que no sabía localizarle la cabeza tan claramente como
en otras ocasiones, que pensaba que estaba un poco de lado. Se ha puesto
a palparme la barriga, a palpar, a palpar y, de repente me dice "Se ha
dado la vuelta". Nos hemos abrazado y he llorado y llorado de alegría.
"Gràcies Martí!! Gràcies, gràcies", le decía a mi hijo. Y casi no me lo
creo todavía.
No sabría decir qué ha sido lo que ha propiciado que Martí se diera la
vuelta. Han sido todas y cada una de las vivencias de estas últimas
semanas. Últimamente, dudaba si estaba volviéndome loca, acudiendo a
todos los profesionales que me recomendaban, haciendo todo lo que me
decían. No sabía si debía aplicar algún criterio o freno, porque tenía
la agenda saturada de citas con unos y otros. Pero no quería dejar de
intentarlo...
En resumen, creo que Martí se ha dado la vuelta cuando yo he sido capaz
de encontar la ayuda para superar mis miedos. Ahora me siento capaz, me
siento poderosa. Y quería compartir esta vivencia con vosotras, por si a
alguna os sirve de algo...
Un fuerte abrazo.
Aitana / Martí / Cris
http://aitanaimama.blogspot.com/
Madre Luna surge como apoyo para vivir una maternidad-paternidad consciente para disfrutar desde el momento en que gestamos el bebé del mejor regalo que nos ofrece la vida. Un círculo de madres y parejas donde compartir testimonios y experiencias, recibir información sobre embarazo, parto, lactancia y crianza, disfrutar de las charlas de profesionales que estan interesados en que vivas una maternidad libre, natural, y consciente y donde tienes tu lugar sólo por ser tu mism@.
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