martes, 16 de octubre de 2012

UNA TARDE EN EL HOSPITAL

Ayer llegué como otro lunes al hospital, acompañada de otra mamá. 
Tenía ganas y energía para dar a las mamis que lo necesitaran. 
Como otros lunes, nos encontramos con muchas habitaciones vacías a las que le habían dado el alta, con lo cual la entrada a una habitación que necesitara apoyo para dar de mamar se nos hacía más complicado, pero no quiere decir que nadie lo necesitase.

Pasamos por alguna habitación que tenía al bebé en neonatos, otra que necesitaba apoyo para dar de mamar a gemelos, y así alguna más.
Cuando estábamos a punto de recoger para irnos, una enfermera nos avisa que acaban de subir a una mami a planta y que posiblemente necesite ayuda para colocar al bebé al pecho.
Con ánimo y ganas entramos en la habitación, y después del protocolo de presentación y aprovechando las carantoñas de la abuela al bebé, me coloqué al lado de la mamá y le pregunté directamente cómo se encontraba. A punto de saltarle las lágrimas me cuenta que ha sido un parto muy largo, de más de doce horas en las que no llegaba a dilatar, y finalmente tuvo que acabar en una cesárea. Recibí un pequeño golpe en mi corazón y de inmediato entendí que esa mami tenía una frustación por su parto, añadiendo el efecto de la operación y de la epidural y el propio dolor no sólo físico sino también emocional.
En ese momento entra una visita, una enfermera que al parecer es amiga de la familia, y bueno como una visita normal, nosotras aprovechamos y preguntamos si colocamos al bebé al pecho de su mamá. La respuesta es consensuada y afirmativa por todas las partes, así es que procedemos a colocar al bebé. 
Claro, pero no era fácil, sobre todo pensando en la comodidad de la mami que no se puede mover. 
Al colocarlo observo y noto que el pecho de la mamá está duro como una piedra, le pido permiso para tocarlos y noto lo mismo en los dos, algo que no suele ser muy habitual. Mientras tanto termino de colocar al bebé, y finalmente después de mucho rato comienza la succión. Era momento de foto, todos observando con emoción el acto y sintiendo el amor que se transmite en ese momento entre mamá y bebé, estableciendo su vínculo. 
Aprovechando la tranquilidad, hablo con la mami sobre su estado emocional, la animo a que se desahogue y que no se sienta mal porque el parto haya sido de esta forma, intento transmitirle toda la positividad que necesita, y poco a poco se ve reflejada en sus ojos. 
Lo más curioso de todo era observar que el bebé al escucharnos hablar lloraba, y esto me hizo comprender y decir a la mami que si ella no soltaba y lloraba lo que tenía contenido, lo haría el bebé por ella.
Cambiamos de posición, fuimos quitando la ropa al bebé para que disfrutara de un piel con piel como debe ser al nacer, y que se tocaran y sintieran los dos.
En uno de esos cambios noté que sus pechos ya no estaban duros, la mami estaba soltando, incluso en uno de esos enganches del bebé, la mami aprieta los dientes como de dolor, me pongo detrás de ella, la abrazo y le digo no contengas, suelta el dolor, que se pasará, tranquila está todo bien, ánimo, y de esta forma pudo disfrutar de varios minutos amamantando a su bebé.
La mami había cambiado su actitud, y así se lo hago ver delante de las personas que estaban junto a nosotras, incluso le hacen una foto para inmortalizar el momento. 
Momento único, momento presente, momento maravilloso;
un Aquí y Ahora en toda regla. 
Todavía ahora se me ponen los vellos de punta al sentir la emoción del momento, algo que sin apoyo resulta muy difícil de vivir.
Esta anécdota se añade a muchas otras vividas como voluntaria en el hospital, y creo que es fundamental que se valoren estos momentos y se hable con naturalidad del apoyo que se ofrece en algún hospital por madres que acuden de forma voluntaria y solidaria sin usurpar nunca el trabajo de los profesionales, y siempre respetando a las madres y bebés que nos vamos encontrando.
Lo que hay que tener en cuenta es que una madre que acaba de parir, seguramente con espectativas muy diferentes con las que había llegado, necesita de mucho apoyo y sobre todo de refuerzo emocional, necesita atención, ser escuchada, que se sienta comprendida y sobre todo paciencia.
Fue un apoyo con esa mami de más de una hora, sin mirar el reloj, sin prisas, al ritmo del bebé y respetando en todo momento a la madre, y haciendo sentir a los acompañantes partícipes casi invisibles de ese momento especial entre la madre y el bebé.
Es una pena que este apoyo no sea algo habitual y normalizado, y por este mismo motivo me atrevo a exponerlo, porque entiendo que como mujer y madre que soy, y que somos todas, TODAS TENEMOS DERECHO A TENER UN BUEN APOYO EN EL PARTO Y EN EL MOMENTO POSTERIOR A EL.
La maternidad no llega a nuestras vidas con un libro o un guión donde encontramos al detalle cómo tenemos que actuar cuando acaba de llegar el bebé, o cómo hay que hacer las cosas de una forma estandarizada, no, mas bien es libre, dejando fluir cada sentimiento natural de esa madre, respentando y dejando que sea el propio bebé quién reptando a la madre llegue al encuentro de su pecho y posteriormente del pezón para empezar ese vínculo inseparable entre ellos y disfrutar del amamantamiento con libertad, con consciencia, dejando que la madre puérpera sienta libremente y desahogue ese sentimiento.
Siendo así, nos encontraríamos con más normalidad y habitualidad mamis que puedan disfrutar de un parto respetado y con menos miedos del que ahora escuchamos con tanta frecuencia.
Así pues, y para concluir me satisface y enorgullece formar parte del cículo de apoyo y solidaridad en pro de una maternidad consciente, y libre, y con mi deseo que este círculo nunca se cierra y se haga cada vez más grande, porque nosotras parimos y nosotras decidimos.

Natascha

4 comentarios:

  1. He podido sentir ese momento,que emoción !!
    vamos a tener que clonarte y dejarte en cada hospital ;-)

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  2. Suerte a esa mami q ha podido disfrutar de tu apoyo, tus palabras y dasahogar sus temores... Un gran trabajo... Una gran persona. Gracias por compartirlo con nosotr@s...

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  3. Que maravilloso apoyo¡¡ Que suerte esa mami y su bebe que se han cruzado contigo, y que experiencia tan enriquecedora y gratificante para ti :) Un beso y enhorabuena.

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  4. Gracias a las tres por vuestro apoyo y comentario, es necesario que expongamos abiertamente situaciones que son más habituales de las que nos pensamos, y todas ofrecemos apoyo de algún modo, incluidas vosotras tres.
    Muchos besos

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